lunes, 11 de junio de 2012

Violencia de género

Se te ve a lo lejos
y no por los vivos colores
de tus vestidos.

Te mueves con gracia
y tus palabras felices
tus ojos inquietos
tu danza espontánea

hacen que corra hacia ti:
arrastrándome
(Tú tiras de las cuerdas).

-Mi deseo te pertenece
¿Qué harás con él?-

-Lo satisfaremos,
pero al tiempo se le burla
SOLO un momento.

Tras el eterno instante
volveré a bailar
y cortaré tus lazos.

Sangrarás y te debilitarás.
¿Aceptas el trato?-

-Decididamente sí.
Acepto-

Y es que por tenerte

entre mis brazos,
entre mis piernas,
entre mis labios,

soy capaz de arañarme
el corazón...

Y de acallar
tu alegre canto
de un tajo.

Pinturas negras

Aquí tumbado,
donde nada perturba
y se oye el viento de la tarde
suave, pero de viva voz.

Aquí tumbado,
con el cuerpo apoyado
sobre la cama
todo en calma, aparentemente .

Aquí estoy yo,
retorciéndome,gesticulando,
sin poder emitir ni un sonido
(¡no puedo!).

Si ahora preguntas,
respondo con voz firme
un dicho acordado.
Te marchas tranquila.

Pero, ¡ay si abrieses la puerta de mi alma!
La trama dejaría huella
en tus sueños para siempre.

Mírame la cara.

A veces preguntas
qué veo detrás
de mis ojos.

Respondo, sonriente,
un dicho acordado.
Nunca sabrás.

Clavas tu mirada curiosa
y preguntas otra vez.

No respondo.

Tu insistencia...
Quieres probar
mis besos

No es necesario
condenarse así.
Te dejo
con la cuestión y sin pistas:

Hay preguntas cuya respuesta
es la verdadera Caída.
Esa que no tiene fin.
Eternamente hacia abajo.


miércoles, 6 de junio de 2012

Pinturas negras 2

Siendo niño
me encerraron en un cuarto
pintado de negro

con las persianas bajadas,
las cortinas echadas,
las ventanas cerradas.


Me acordaba del primer día...
Gritaba sin parar.


Cuando callaba,
no oía nada.
Porque no había nada.

Tenía que tocarme, moverme,
para sentir que era.
Me restregaba los ojos. Nada.

Luego andaba,
o eso pensaba que hacía.

Aquello duró algunos años.

Tenía tanto miedo el segundo día
que me meé encima, o eso creo,

pues mucho rato pase allí
y se me secaron los pantalones.

Luego vinieron el tercer,
el cuarto,
el quinto día,

Me preguntaba:
"¿Realmente estoy cuando estoy aquí?
¿Estoy aquí?
¿Estoy?"

Otras veces lloraba,
otras, chocaba contra los muros,
o contra el suelo,
(no lo tenía muy claro).

Y pasado el tiempo
empecé a contar historias,
sepultado en la nada,
imaginando respirar.

Conté historias heroicas,
y alegres,
y tristes,

y dije
que ya no importaba
si estaba o no,
o por qué,

y en ese instante supe algo:

Al fin había quedado
completamente solo
en la habitación.

martes, 5 de junio de 2012

Despecho XL

Entraste
rompiendo el cristal,
haciendo mucho ruido.

Anudamos
nuestros ombligos y
nos nutrimos
hasta desmayarnos.

Un largo sueño
de espaldas al tiempo.

Nos arrancamos
el corazón
e hicimos
la ofrenda,

del uno al otro:

éramos nuestros respectivos dioses.

Según la tuve
entre mis manos,
tiré tu vida
al suelo

y la pisoteé.

Sentirte al límite
como mío.


hiciste lo propio.

Y por querernos así
(de ese modo)
nos despedazamos
el alma,

la torturamos
con tenazas,
con cuchillos incandescentes.

Y nuestro terrible amor
nos hizo ruines y depravados.

Sádicos
de fina sonrisa
y ojos más que abiertos,

brillando de espanto.

Finalmente asesinados,
cubiertos de inmundicia
entre el mayor de los desprecios

Y aún queda
el hueco desgarrado
de ti en mí.

Eras el chico que más amé.
Y ya no te quiero.

Pinturas negras 3

No es fácil despertar en medio de la ciudad
cuando todo lo que tuviste son ruinas.

No Es fácil,
pero inmediatamente la intensidad de la realidad
te hace abrir los ojos, inmensos.

Los músculos se tensan,
los dientes se aprietan,
el impulso concreta la acción de tu ser.
Plenamente.

Observas la destrucción,
aquellas vidas en ocasiones agradables,
como agua tibia

los falsos  momentos sentidos como bellos,
carentes de toda gloria.

Un sucedáneo.

Y de ello te queda
el rechinar de dientes.

Pero la suerte te persigue,
un dios ha mandado al mensajero
con la buena nueva:

Bombas atómicas
cayendo sobre aquello que fue
pero donde casi nunca estuviste.

Y sé que no te rebelas
contra lo que ocurrió.


Te espero fuera del
Maldito Laberinto:


Seductor en la noche angulosa y
con aspecto de puta de

hinchados
enrojecidos Labios

a la luz del día;

el cabello sucio y enmarañado,
la tez porosa y brillante,
ojeras,
tacones rotos,

y un alambre agarrando
el tirante del sostén.

(      )


Llegas hasta mí,
me saludas,
marchas hacia delante.

Te alegras de estar solo
en el epicentro del terremoto
que lo ha devastado todo.

Ya no hay cadáveres.
Eres, por fin, dueño de tu abismo.